Una realidad; las modificaciones corporales
Texto y Fotografías: Miguel Corzo Fajardo
Lo que la hipócrita sociedad de hoy piense sobre las modificaciones corporales vale cero; las miradas de impresión, asco, miedo o confusión, son resultado de la alienación conservadora que demanda el sistema, pero al mismo tiempo demuestran la pérdida de la memoria colectiva cultural y las tradiciones más antiguas de la especie humana. Su significado es tan subjetivo como el pensamiento mismo de cada persona, puede ser estético, espiritual, cultural o sexual, pero en cualquiera de los casos, obedece a construir la identidad de los individuos.
Las marcas en la piel –por ejemplo–, han estado presentes desde el periodo neolítico (7.000 a.C.), como lo indican los restos congelados de un hombre hallado durante una excursión de montañistas en los Alpes italianos el 19 de septiembre de 1991; el cuerpo momificado, presentaba una serie de líneas paralelas cortas y oscuras tatuadas intencionalmente con pigmentos vegetales. Lo curioso del caso es que al mismo tiempo en que la humanidad ingenió las herramientas de piedra, la agricultura y la ganadería, ya marcaba su cuerpo como muestra de la abstracción simbólica tomada de su realidad.
Actualmente, y a pesar de la transculturación del mundo capitalista, casi todas las tribus aborígenes alrededor del mundo conservan la práctica de las modificaciones corporales. En Papua, Nueva Guinea, los hombres escarifican sus espaldas asemejando la piel de los cocodrilos, algo muy apetecido por las lugareñas… en Benin, África, este tipo de marcas permanentes en el rostro distinguen jerarquías sociales… en Etiopia, los hombres de la tribu Karo cicatrizan su pecho representando cada enemigo asesinado… y por dar un ejemplo más, en el antiguo texto hindú, Kama Sutra, se menciona la perforación e inserción de joyas en los genitales para incrementar el placer sexual, una práctica muy usual actualmente entre los amantes de la modificación corporal.
Y es que la piel, el lienzo más costoso de todos, además ha motivado conceptos contraculturales de profundo significado, como la novela ‘The Silence of the Lambs’ del estadounidense Thomas Harris, en la que un psicópata confecciona vestidos con la piel de jóvenes mujeres… o mejor aún, el video clip de ‘Wasting Love’ de Iron Maiden, en el que un hombre se tatúa una larga lista de mujeres con las que se ha acostado. Ahora, la pregunta es: ¿por qué casi todo lo relacionado con este tema tiene que ver con las mujeres? Ojalá sea coincidencia, porque puede pensarse que la mayoría las modificaciones corporales son resultado del falocentrismo tópico en la naturaleza humana; bueno, es sólo una teoría.
Sin embargo, conocer sobre tatuajes, piercings, expansiones, escarificaciones y demás formas de expresión artística en el cuerpo, es algo que está pasando de ser tabú para ser una realidad; ese legado dejado por los primeros pobladores del planeta, combinado con la globalización de la información, está influyendo en el fortalecimiento de la identidad individual de millones de personas en todo el mundo, no sólo en las tribus aborígenes, sino también en las urbanas –independientemente del significado que cada quien le dé y para qué–.
Las marcas en la piel –por ejemplo–, han estado presentes desde el periodo neolítico (7.000 a.C.), como lo indican los restos congelados de un hombre hallado durante una excursión de montañistas en los Alpes italianos el 19 de septiembre de 1991; el cuerpo momificado, presentaba una serie de líneas paralelas cortas y oscuras tatuadas intencionalmente con pigmentos vegetales. Lo curioso del caso es que al mismo tiempo en que la humanidad ingenió las herramientas de piedra, la agricultura y la ganadería, ya marcaba su cuerpo como muestra de la abstracción simbólica tomada de su realidad.
Actualmente, y a pesar de la transculturación del mundo capitalista, casi todas las tribus aborígenes alrededor del mundo conservan la práctica de las modificaciones corporales. En Papua, Nueva Guinea, los hombres escarifican sus espaldas asemejando la piel de los cocodrilos, algo muy apetecido por las lugareñas… en Benin, África, este tipo de marcas permanentes en el rostro distinguen jerarquías sociales… en Etiopia, los hombres de la tribu Karo cicatrizan su pecho representando cada enemigo asesinado… y por dar un ejemplo más, en el antiguo texto hindú, Kama Sutra, se menciona la perforación e inserción de joyas en los genitales para incrementar el placer sexual, una práctica muy usual actualmente entre los amantes de la modificación corporal.
Y es que la piel, el lienzo más costoso de todos, además ha motivado conceptos contraculturales de profundo significado, como la novela ‘The Silence of the Lambs’ del estadounidense Thomas Harris, en la que un psicópata confecciona vestidos con la piel de jóvenes mujeres… o mejor aún, el video clip de ‘Wasting Love’ de Iron Maiden, en el que un hombre se tatúa una larga lista de mujeres con las que se ha acostado. Ahora, la pregunta es: ¿por qué casi todo lo relacionado con este tema tiene que ver con las mujeres? Ojalá sea coincidencia, porque puede pensarse que la mayoría las modificaciones corporales son resultado del falocentrismo tópico en la naturaleza humana; bueno, es sólo una teoría.
Sin embargo, conocer sobre tatuajes, piercings, expansiones, escarificaciones y demás formas de expresión artística en el cuerpo, es algo que está pasando de ser tabú para ser una realidad; ese legado dejado por los primeros pobladores del planeta, combinado con la globalización de la información, está influyendo en el fortalecimiento de la identidad individual de millones de personas en todo el mundo, no sólo en las tribus aborígenes, sino también en las urbanas –independientemente del significado que cada quien le dé y para qué–.